La importancia de los controles ginecológicos


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Nunca viene mal recordar el rol fundamental que cumple la visita al Ginecólogo para realizar los controles habituales para mantener un buen estado de salud y fundamentalmente hacer prevención.

Desde niñas las mujeres deberían comenzar sus controles desde la menarca, (primera menstruación), para conocer los cambios en su cuerpo y entablar un vínculo con el ginecólogo que la acompañará durante su crecimiento y desarrollo. Evaluaremos, entre otras cosas, la regularidad y cantidad de las menstruaciones, los dolores que pueden ser provocados por éstas y trataremos de contenerlas y apoyarlas en esta etapa de transición.

El primer control ginecológico de rutina es el Papanicolau (PAP). ¿Cuándo comenzar a realizarlo? Las recomendaciones actuales indican su realización a partir de los 2 años del inicio de las relaciones sexuales y a partir de ese momento en forma anual. El PAP consiste en obtener una muestra de células provenientes del cuello del útero con el fin de diagnosticar precozmente lesiones producidas, en su mayoría, por el virus HPV (Virus Papiloma Humano). Las infecciones persistentes por HPV están vinculadas con el cáncer de cuello uterino.

Otro control de rutina es la Mamografía. Deben realizarla todas las mujeres a partir de los 40 años y aquellas que tengan antecedentes familiares de cáncer de mama a partir de los 35 años La mamografía es un método de diagnóstico por imágenes que nos ayuda a detectar precozmente lesiones a nivel mamario. Este estudio es anual y puede complementarse con una Ecografía.

Es importante realizar la visita periódica al ginecólogo para hacer diagnóstico precoz mediante estos controles y así prevenir patologías que, diagnosticadas a tiempo, nos permitan realizar un tratamiento oportuno.

Equipo Médico del Instituto